Bienvenidos

 Mi Iglesia tiene el fogón siempre encendido
para todos los caminantes con frío,
tiene pan caliente para todas las hambres.

Mi Iglesia teme más
a los que no se mueven por no pecar,
que a los que han pecado por caminar.

Mi Iglesia no amenaza ni excluye a nadie,
es acogedora y comprensiva.

Mi Iglesia habla más de Dios
que del diablo,
de la belleza que del pecado,
de la libertad que de la obediencia,
de Cristo que de ella misma,
del hoy que del ayer.

Mi Iglesia es solidaria,
y comprometida
con la liberación de los empobrecidos,

Pero con todo, mi pasión
no es por mi Iglesia: es por el Reino.